12/11/13


Corren los años 40, el mundo se agita entre una guerra mundial que ya va dejando muchos muertos en cada uno de los países involucrados…Muchas historias de amor se tejieron desde entonces entre las mujeres y hombres que participaron en esa contienda, oficiales y enfermeras, coterráneos y aliados o enemigos, pero esta historia es algo diferente.
A mi me la contaron y no se realmente si es cierta o no, pero no pude menos que escucharla atentamente como cualquier historia de amor en tiempos de cólera…Empezó justo con el desembarco de Normandía, el 6 de Junio de 1944, cuando los aliados liberaron París y entre los que llegaron se encontraba un oficial del ejército americano perteneciente a una compañía a la que llamaban Monuments Men, porque su misión era salvaguardar los monumentos y las obras de arte de los países que estaban por ser liberados ya que los nazis habían ejercido un expolio sistemático de las obras de arte así como evitar que  los mismos soldados aliados cometieran atropellos contra ellas, mas sobre todo su principal misión era investigar el paradero de las obras de arte robadas por los nazis durante esos años de guerra.
Por otro lado, durante la guerra, una muchacha francesa experta en arte trabajaba en un anexo del museo de Louvre donde los nazis almacenaban la mayoría de las obras que mayormente habían robado a los judíos. Ella no era una traidora, ya que durante los 4 años de ocupación alemana trabajo con ellos para recabar información que luego transmitía a la resistencia francesa que luchaba por la liberación de su pueblo pero aparte de eso también la movía su amor por el arte….Los nazis muchas veces dudaron de su lealtad y a punto estuvieron de ejecutarla pero al final logro con astucia convertirse en una pieza clave para ellos ya que conocía el inventario de todo lo que existía. Por eso, al final realmente ella había sido una especie de heroína…
Agosto de 1944..es aquí donde se sitúa el tiempo de nuestro relato. Al llegar el Capitán de la compañía a París, lugar que conocía de por si muy bien porque muchas veces antes de la guerra había estado relacionado con los museos, de inmediato se pone en contacto con el director de los museos franceses y entre el director del Louvre y él,  se genera una relación de camaradería

Mientras tanto, la francesita que había trabajado con los alemanes no lo pasó bien en un principio ya que fue confundida con aliada de los nazis al negarse a que profanaran el anexo del museo de Louvre donde se guardaban todos los tesoros robados. Los franceses la tomaron como una pronazi, por una traidora, pero el actual director del museo que también trabajaba con la resistencia demostró que ella trabajaba en secreto para ellos con la misión de salvaguardar lo que pudiera de los tesoros nacionales y le pidió como un favor personal que siguiera trabajando como su mano derecha en el museo para de esta manera impedir que se pudiera profanar el lugar.
Un día fue inevitable el cruce de miradas, o como dirían los poetas, la conjugación de planetas no se hizo esperar. Los dos personajes de esta historia se encontraron por primera vez frente a frente, y aunque una corriente eléctrica sacudió sus cuerpos al saberse nada indiferentes, los modos un tanto autoritarios del capitán americano no intimidaron a la señorita parisina que le impedía el paso hacia el recinto de recuperación aún a sabiendas de que éste le mostraba la documentación que lo acreditaba con toda la autoridad para entrar.
-    Lo siento Capitán…usted bien puede mandar en sus hombres pero yo aquí soy responsable de este lugar y sin hacer mis investigaciones nadie puede entrar aquí ni con la bendición del Santo Papa.
Esto era algo que no se esperaba el oficial americano y haciendo un gesto de disgusto, mientras hacía un ademán de despedida murmuró en inglés palabras que pensó la “petit mademoiselle” no entendería…
-        Capitán, antes que siga le puedo contestar en 7 idiomas….
Y diciendo esto cerró la puerta....y abrió una nueva historia.
…esto fue solo el principio…

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Para los que solo fui sombra..para aquellos que deje huella...escribiré siempre que pueda todo lo que mis divagaciones me hagan sentir...